CAPITULO I
- Soy una nube,
soy una gran nebulosa espacial e interestelar. Soy tan grande que ocupo todo el
universo conocido, soy una nube, soy una nube... – iba repitiendo Estrella
mientras andaba de un lado a otro inspirando y haciendo gestos con las manos.
- Soy una nube,
soy una nube... Y una mierda, no soy una nube ni este mantra me tranquiliza...
voy a matar a ese imbécil – soltó Estrella parándose en seco de su paseo.
Llevaba todo el
día repitiendo ese estúpido mantra que su hermana Luna le había recetado para
que no perdiera los nervios, ella lo hacía muy a menudo cuando Wolf la sacaba
de quicio, y ya podía tenerlo muy en cuenta porque Wolf era un ejemplar de esos
que te sacan de quicio con su maldita idea de llevar el control. Pero lo cierto
es que con este otro no funcionaba.
Estrella volvió
a pasear nerviosa por toda la habitación, el despacho en el que estaba era de
los más organizados, todos los archivos bien recogidos y ordenados, todas las
armas escondidas y guardadas con llave, todo era presencia y organización,
incluso ella, habitualmente, iba perfectamente trajeada, todo eso creaba muy
buena impresión a los clientes. Pero hoy estaba demasiado atacada de los
nervios para fijarse en si su aspecto era presentable, solo tenía una idea en la
mente: el asesinato.
Porque estaba
segura de que iba a matar a ese imbécil que estaba al lado de su despacho
silbando alegremente una canción que, por cierto, estaba destrozando
brutalmente. ¡Hasta acaba con las buenas canciones!
Y realmente
estaba acabando con su paciencia.
Decidida,
Estrella fue hasta la puerta contigua a su despacho. No hizo falta abrirla
pues, como era habitual, simplemente estaba entreabierta. Ver ese despacho era
como una maldición. Todos los rincones del lugar estaban llenos de papeles,
archivos, armas... si su despacho era todo orden y perfección, el de al lado
era justamente todo lo contrario. Entre tanto lío de mueble, papeles y armas
Estrella intentó divisar al objeto de su desesperación. El silbido le llegaba
por la zona de la ventana, así que debía estar en alguna parte de... de lo que
fuera eso que contenía el archivo de...Joder, allí es donde estaba el archivo
de TreVellor, llevaba semanas buscándolo como loca, y estaba ahí tirado.
Estrella
inspira, inspira.... procura calmar los nervios... un asesinato no quedaría muy
bien en tu hoja de servicio y no creo que a los clientes les hiciera mucha
gracia que su detective se dedicara a matar a la gente solo por...oh no,
acababa de recordar que hacía media hora que había quedado con un cliente en su
casa. Si ese imbécil no la hubiera estado sacando de quicio ella se habría
acordado. Por desgracia luego él lo recordaría y se lo estaría echando en cara
constantemente.
Bueno, no pasa
nada. Podemos relajarnos, solo es un cliente. Abramos los ojos poco a poco,
inspiremos lentamente y busquemos a esa cucaracha.
Estrella observo
la montaña de papeles y justo debajo de ella vio aparecer... un trasero de lo más
apetitoso. Vale, no pienses en eso
Estrella, olvida que tiene ese culo tan... piensa en lo desagradable que es
cuando mira con esos ojos negros que... vale, mal camino, mejor acuérdate de lo
que ha hecho con tus archivos y no en ese cuerpo que...bien, cierra los ojos y
cuenta hasta diez... no, mejor hasta cien... eso será mejor que imaginar que
eres una nube porque una nube podría...
Vale, tenía un
problema, no solo ese imbécil le hacia la vida imposible, sino que además le
atraía demasiado. Eso era un problema porque no podía quitárselo de encima.
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