CAPITULO IV
Darks y Estrella cayeron sobre el frío suelo que cubría la salida de mercancías del Palacio.
Estrella permaneció tumbada sobre el suelo, respirando bocanas de aire puro. Dentro del cubículo se había sentido como si se ahogara. Ese día había pasado de estar furiosa, a nerviosa y emocionada por la aventura, y de cabreada a excitada. Ahora mismo era incapaz de pensar. Solo era capaz de respirar.
Solo la respiración agitada de ambos se dejaba oír en el patio de mercancías. Estrella recuperó poco a poco la conciencia. Girando la cabeza hacia a Darks susurró:
- ¿Cómo ha llegado eso ahí?
- Soy el mejor detective del universo, pero es un poco pronto para contestarte- respondió Darks con una voz mucho más estable.
- Déjalo. No tengo fuerzas para discutir - resoplo Estrella.
Estaba tan agotada que ni las palabras de Darks la estimulaban. Mirando al cielo vio pasar una nave de carga sobre el techo del patio. Deberían recuperarse y vestirse pronto, antes de que alguien de palacio los viera y la situación fuera más comprometida de lo que ya era.
Estrella continuó en silencio pensando en donde narices podría conseguir ropa cuando la que tenía antes estaba en esa sala llena de sirum. Y ni por todo el oro del universo se iba a meter de nuevo ahí.
Ante su continuo silencio Darks giró su rostro hacia ella y alzo sus cejas en gesto interrogativo.
- Vaya. Sabía que era bueno, pero...
-Darks - dijo Estrella en un suspiro.
Darks volvió el rostro y se quedó mirando el universo.
- Si han conseguido introducir eso en el palacio la cosa es más peligrosa de lo que todos piensan.
- ¿Qué hacemos?
Darks se incorporó y miró a Estrella desde arriba. -No hay más que una opción. - dijo con la mirada fija en ella.
-No- dijo Estrella levantándose del suelo.
-Darks sonrió burlonamente y caminó desnudo hacia la aeronave.
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