CAPITULO I
Luna dejo caer la llave sobre el suelo y el golpe del metal
sonó por todo el pequeño cubículo. El Stella 4 estaba casi terminado. Apenas
podía creer que su sueño se estuviera haciendo realidad, bueno, su primer
sueño, todavía tenía muchos mas por cumplir.
En cuanto el Stella 4 estuviese listo y a punto podría
dedicarse a hacer realidad su siguiente sueño en la lista: superar a los Baker.
Luna había adorado a Monnie Baker desde el día en que en el
mercado de piezas de Tsazuan oyó la historia de cómo ella sola había
secuestrado al lord Mayor de Arqueops y guardián del tratado Arturiano, y de
cómo, con solo su inteligencia y su viejo Argos, había escapado de la tropa de
Arqueops y había terminado casándose con Lord Greydel. Aunque ese no había sido
el plan inicial de Moonie cuando lo secuestro, Luna suponía que Moonie no había
tenido ningún problema con ese final de la historia, sobre todo si se hacia
caso a los rumores sobre lo bien equipado que estaba lord Greydel en ciertas
zonas de su anatomía. Chica lista esa Moonie.
Los
hermanos Baker eran conocidos en todas las galaxias a las que se pudiera llegar
con una miserable smorth, Luna sospechaba que eran conocidos incluso en
galaxias desconocidas para ella. Eran los pilotos mas temerarios que se pudiera
encontrar, empezando por Moonie Baker.
Tal
vez por eso lord Greydel, ignorando que la mayoría de los Baker estaban en la
lista negra del tratado Arturiano, los envió en misión especial al confín de la
galaxia.
Bueno,
tal vez fuera eso o que quería a los hermanos bien lejos de Moonie. Sea como
fuere desde ese día Moonie Baker y sus hermanos se habían convertido en una
obsesión para ella.
Desde
antes de aprender a andar ya intentaba que le dejaran pilotar su propia nave,
era algo que corría por su sangre. Y desde hacia un par de años había decidido
que ya estaba bien de adorar, y que era el momento de que el aprendiz superara
al maestro; algún día iba a ser mejor piloto que todos los Baker juntos. Pero
para conseguirlo primero necesitaba tener una nave propia que pilotar, y en
cuanto el Stella 4 estuviese terminada no habría nada que la detuviera, ella...
- ¡Lunaaaaaaaaaa!
El grito la sacó de sus ensoñaciones y casi le da un ataque al corazón. Luna dejo caer lo que tenia en la mano y corrió hacia la HomeStation. Para llegar hasta allí tuvo que sortear motores y piezas desperdigadas por el suelo del cubículo y coger el túnel de los gatos (que apestaba a meados), pero el otro camino hasta la HomeStation era demasiado largo y si no llegaba en menos de cinco microsegundos su madre la enviaría a la galaxia mas lejana que encontrara en el Espacio Este y le arrebataría todas sus piezas, Stella4 incluido.
Libro entero: Tras la estela de los Baker
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